DE LOS MILAGROS DE NUESTRO SANTO PATRÓN.
En el año 1534, fue recogido en el monasterio de
En el mismo día que confirmó sus votos y le dieron de alta en
Ahora Bien, fue en esa misma noche de 1567, cuando cansado y un tanto ebrio el fraile Max Turbado volvió al monasterio, donde fue asaltado por sus antiguos protectores. Diéronle muerte pensando que así acabarían con el carnaval y con la exaltacíón que éste producía en fas gentes humildes, pero... ¡no fue así! Sus seguidores hallaron su cadáver con una máscara de aspecto burlesco en la mano. Lo portaron sobre sus hombros y llevándolo por todas las tabernas de la comarca comenzó su leyenda.
Y fue así que al año siguiente, cuando sus enemigos pensaban que todo se había calmado y habían triunfado sobre aquellas bárbaras tradiciones, aquellos que en su día lo alzaron en hombros, crearon la efigie de San Masturbadín rindiendo culto a su muerte y lo que defendió en vida.
Por todo ello, nosotros, los protectores de su legado, nos vemos obligados por nuestro destino a ejecutar su voluntad y cantar sus alabanzas de Bar en Bar.
¡VIVA SAN MASTURBADÍN!
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